En la unidad de Infancia y Mujer de Serveis de Salut Integrats del Baix Empordà, hace ya unos años iniciamos una experiencia de simulación. La experiencia fue sumamente positiva, la organización perfecta, la ambientación correcta. Todos salimos muy ilusionados por la nueva metodología de formación que acabábamos de descubrir: entorno bastante real, trabajo en equipo, temas escogidos, reuniones de trabajo previa y posterior, pero hay un hecho que lo diferencia de la experiencia que a continuación os relataré: la simulación in situ. Cuando dos compañeros del Hospital de Palamós me proponen realizar una nueva tanda de formación utilizando la metodología de la simulación con nuestro equipo en seguida acepté la propuesta. Me explican el proyecto con un nuevo colaborador, el Centro de Innovación en Simulación (CISARC), y una nueva dimensión que en seguida me va a cautivar: se trataba de realizar la simulación “in situ”, en nuestro lugar habitual de trabajo y con actores que simulaban las distintas escenas. Aquí entrabamos en un reto que me pareció apasionante, introduciríamos al equipo a realizar unas simulaciones en nuestra área obstétrica y con personas/actores que interactuarían con nosotros. Mantuvimos una primera reunión  con el personal de CISARC, en la que Aida Camps y Nuria Serrat nos explicaron la metodología de la simulación y el cronograma a seguir. Creamos equipos de ginecólogo, comadrona y auxiliar y elegimos los temas que incorporaríamos en la primera experiencia. Además, como los temas elegidos eran temas obstétricos con un alto componente emocional (véase diagnóstico de un óbito fetal a término o un sufrimiento fetal agudo sin disponibilidad de quirófano de urgencias inmediato, con la variante de pareja emotiva o pareja agresiva), se incluyó dentro del equipo que coordinaba la simulación a un psicólogo que trabajaría la parte emocional. No entraré en profundidad en la metodología, ya que seguro que de todos vosotros es conocida, y me ceñiré en la experiencia que supuso para nosotros. La parte clínica fue perfecta, estaba muy bien organizada, teníamos el sistema de video y audio bien montado, los monitores funcionaron y se simularon bien las distintas situaciones. Me interesa más la parte emocional, que es de lo que se trataba, porqué no íbamos a auditar protocolos en este momento. Previamente habíamos hecho una sesión formativa con el psicólogo de recursos y gestión de las emociones con la idea de que, aunque desconocían los escenarios que les plantearíamos, pudieran utilizar estas herramientas. Y conseguimos nuestro objetivo, la realidad de la escena y la profesionalidad de la pareja de actores hizo que todos se metieran en el papel y lo vivieran con una realidad tal que conseguimos generarles el nivel de ansiedad que hubieran tenido en una situación fuera de la simulación. En la sala donde estábamos siguiendo el episodio no se oía una mosca, y os puedo decir que hasta los actores, a los que invitamos al debriefing final para que nos explicaran lo que habían vivido y sentido, lo vivieron con una realidad que les había sorprendido y emocionado. Y al final lo más importante es que todos estaban de acuerdo en que lo que acababan de vivir y escenificar les iba a ayudar para su desarrollo profesional, que en el fondo es la prioridad de la simulación clínica: dar herramientas a los profesionales para el desarrollo de su tarea cotidiana. La idea es que cuando podamos retomar las simulaciones, con permiso del “bichito”, incorporemos otras experiencias en las que intervengan también pediatría y planta de hospitalización. Después de haber vivido la experiencia con CISARC, del lujo de tener un programa de simulación clínica en nuestra casa, entorno habitual y con personajes reales, me costaría prescindir de esta particularidad. Es obvio que un paro en un recién nacido o una formación en RCP o similar no se puede hacer con actores y necesitas de las máquinas. Gracias Aida y Nuri, gracias CISARC y seguiremos trabajando en este proyecto común Chema Marqueta, director de la Unitat d’Infancia i Dona de Serveis de Salut Integrats del Baix Empordà