Un 12% de los pacientes atendidos en el servicio de urgencias sufren alguna complicación. De estas, un 70% serían evitables de acuerdo en el estudio EVADUR (eventos adversos ligados a la asistencia en los servicios de urgencias de los hospitales españoles). Partiendo de esta realidad y con el objetivo de mejorar el trabajo conjunto de profesionales de Medicina y de Enfermería, el Centro de Innovación en Simulación de Manresa (CISARC) ha acogido durante el mes de enero las primeras simulaciones interprofesionales dirigidas a estudiantado de los últimos cursos de estas dos profesiones. Han participado 151 estudiantes, de los cuales 48 están haciendo el sexto curso del grado en Medicina de la UVic-UCC y 107 estudian cuarto curso del grado en Enfermería en la Facultad de Ciencias de la Salud de Manresa.

 

Trabajo interdisciplinar y en equipo

 

Esta ha sido la primera experiencia de simulación interdisciplinar que se ha desarrollado con estudiantado de Medicina y Enfermería en la Uvic-UCC. Según Griselda Gonzalez-Caminal, coordinadora de simulación en los estudios de Medicina y miembro del equipo del CISARC, el objetivo final de esta actividad ha sido potenciar las habilidades comunicativas y el trabajo en equipo interprofesional, “siempre con el objetivo de mejorar los resultados clínicos con los pacientes y de evitar al máximo las complicaciones que se producen en el ámbito hospitalario”. “Lo que queremos”, añade Griselda Gonzalez-Caminal, “es que los futuros profesionales incorporen la perspectiva de equipo y que aprendan a aprovechar al máximo las sinergias”. De hecho, el diseño de esta actividad ya es un ejemplo de trabajo en equipo y interdisciplinar, porqué han participado docentes de los grados de Medicina y Enfermería, además de los profesionales especializados en simulación del CISARC.

 

Un caso de 5 horas de duración

 

La actividad en la cual han participado los futuros profesionales de la Medicina y la Enfermería se desarrolla en tres estadios. En el primero, se simula la llegada de un paciente a las urgencias de un hospital que requiere estabilización e ingreso. Una vez en planta, la situación del paciente empeora a causa de un edema agudo de pulmón. En el segundo estadio, la situación se continua agravando y el paciente sufre una parada cardiorrespiratoria que requiere iniciar maniobras de RCP y de una intubación posterior. En la última etapa de la simulación, es necesario comunicar a la familia el estado crítico del paciente.

La simulación del caso se prolonga durante cinco horas, una duración similar a la que tendría una situación real. En los tres estadios, médicos y enfermeras tienen que trabajar en equipo y comunicarse de forma correcta y eficiente en beneficio del paciente. Según Griselda Gonzalez-Caminal, es un caso que “eleva a un gran nivel de realismo” una situación que se podría producir en un hospital y que hace más conscientes a los futuros médicos y enfermeras de la importancia del trabajo en equipo y de la comunicación. Al final, acabarán trabajando juntos, por lo tanto, es importante y necesario que esta interacción profesional, este contacto con profesionales, se produzca antes de que lleguen al mundo laboral. Médicos y enfermeras son el “tándem por excelencia” de la asistencia sanitaria y trabajar previamente de forma conjunta favorece que cada profesional tenga claro su rol y el del otro profesional y como este conocimiento favorece el resultado final del trabajo que hacen.

 

Una experiencia enriquecedora, interesante y gratificante

 

Oriol Beà, estudiante de sexto curso de Medicina, ha sido una de las personas que ha participado en esta primera simulación interprofesional. La ha calificado como “muy enriquecedora, porqué te pone en una situación muy real. Hasta ahora, las simulaciones eran entre nosotros”. Según Beà, ha sido una actividad que le ha permitido ser todavía más consciente de la importancia de la comunicación, de la transmisión de información y de la tensión que se puede llegar a producir entre profesionales. Ha sido, ha dicho, una “experiencia de conocimiento humano”.

Miranda Muñoz, otra estudiante de Medicina, considera que este tipo de simulaciones son “esenciales” para que los estudiantes no se tengan que encontrar por primera vez en un hospital con una situación como esta. “Vivir el trabajo en equipo de esta manera es gratificante. Te das cuenta que todos tenemos unos conocimientos y que todos tienen su valor”.

Para Andrea Verdún, estudiante de cuarto curso de Enfermería, la experiencia ha sido “muy interesante, porqué permite ver el trabajo en equipo más allá de tu propia profesión, darte cuenta que cada uno tiene unas funciones y saber comunicarte con otros profesionales”. Eso, añade, “nos ayuda a ver como será la práctica de la profesión cunado acabemos los estudios y nos incorporemos al mundo laboral”.

 

Una buena herramienta docente para el aprendizaje de habilidades

 

Experiencias de simulación como estas son “enriquecedoras para todo el mundo, porqué todos aprenden de los demás”. Es la opinión de Òscar Mascaró, docente de la Facultad de Medicina, que pone en valor los aprendizajes sobre la importancia del trabajo en equipo y la coordinación.

Marina Mateu, docente de Enfermería de la Facultad de Ciencias de la Salud de Manresa, explica que otro elemento positivo de esta actividad es romper con algunos estereotipos sobre los colectivos profesionales. Además, añade que permite trabajar el respeto, la empatía y la comunicación eficiente. Con esta simulación “futuros médicos y enfermeros se dan cuenta que con esta forma de trabajar las cosas van mejor para todo el mundo: para los profesionales y para los paciente”. En este mismo sentido, la también profesora del grado en Enfermería de UManresa, Antònia Puiggrós, afirma que es una simulación que ayuda a futuros médicos y enfermeras para darse cuenta que “son un equipo y que para atender al paciente tienen que interactuar y saber comunicarse”.