El pasado mes de octubre acogimos en CISARC el webinar “Estrategias para diseñar talleres de habilidades”, que impartió la doctora Gleyvis Coro-Montanet con el propósito de compartir conocimiento, analizar y reflexionar sobre la metodología novedosa en simulación clínica ©MEDITHA. Para los que no pudisteis asistir al webinar, os dejamos el vídeo de la sesión en directo y un breve resumen de esta modalidad pensada para los instructores de aprendizaje experiencial.

©MEDITHA (Metodología para diseñar talleres de habilidades) recopila la experiencia docente en talleres de habilidades de una profesora de odontología que nació y se formó en un país del trópico, allá por la zona geográfica conocida como Nuevo Mundo y que ha trabajado con esta modalidad de aprendizaje activo durante casi 20 años.

No es, sin embargo, una pedagogía de una sola persona, pues en ella confluyen consensos teóricos y prácticos, sedimentados por el intercambio y la reflexión sobre el aprendizaje experiencial con equipos de trabajo de Cuba, Chile, México y España.

©MEDITHA intenta acortar la brecha entre lo que se hace como aprendiz y lo que se deberá hacer para ser considerado experto. ©MEDITHA sabe que para lograrlo de una forma rápida y efectiva el primer marco mental claro debe ser el del diseñador (profesor/instructor).

Enfocada en esa necesidad de aclarar términos y dar pautas que no sean recetas, ©MEDITHA ayuda al docente a diseñar talleres de habilidades mediante estándares de actuación, con tres zonas de aprendizaje bien identificadas para aplicar durante el entrenamiento experiencial de un alumno o grupos de alumnos con instructor.

Para ello, toma en cuenta dos elementos estrechamente vinculados entre sí: la experticia del aprendiz y la dificultad de la tarea a realizar, centrándose en el saber hacer (Figura 1).

 

Figura 1. Ámbito y elementos en consideración para el diseño

Saber hacer

 

La experticia del alumno que necesita aprender a hacer una habilidad se clasifica en tres niveles: experticia baja, experticia media y experticia alta. Los grados de dificultad de la tarea o habilidad a desarrollar (esto es la complejidad técnica, organizativa o tecnológica de la misma) la clasifica en baja, media o alta dificultad.

Y en la confluencia matricial de esos dos polos o componentes (Figura 2) ©MEDITHA describe tres zonas para el aprendizaje de habilidades:

ZONA 1: Alumnos de experticia baja frente a tareas de baja, media y alta dificultad.

ZONA 2: Alumnos de experticia media frente a tareas de media y alta dificultad.

ZONA 3: Alumnos de experticia alta frente a tareas de alta dificultad.

 

Figura 2. Matriz de las zonas de aprendizaje en ©MEDITHA

zonas de aprendizaje MEDITHA

 

Tomando como punto de partida estos elementos básicos, pero comúnmente soslayados en las didácticas contemporáneas (marcadas por la herencia unidireccional de la educación, el crecimiento exponencial de las matrículas y la consecuente -y feliz- afectación de ratios alumno/profesor que la masificación educativa ha promovido), los puntos de llegada de ©MEDITHA son diversos e infinitos.

En tanto en que, para cada zona, esa guía hecha papel (el manual disponible en Amazon o en el repositorio ABACUS de la Universidad Europea) o el tutorial de YouTube, si te apura, facilita un modelo de diseño que se organiza por etapas: definición de objetivos que orientan las habilidades a desarrollar y describen las formas generales y específicas de realizarlas por estaciones o momentos; diseño de checklists a partir de la deconstrucción de los objetivos específicos en descriptores ordenados, para ejecutar en las estaciones o momentos en los que se diseñen. Briefing o información previa sobre la habilidad. Desarrollo de la habilidad como parte de un entrenamiento simulado para grupos numerosos, que toma en cuenta los recursos humanos y materiales y distribuye los aprendices por estaciones para la realización repetida de ejercicios (varias sesiones) con la debida alimentación (feeds) por parte de instructores, expertos y los propios participantes.

Una aproximación cognitiva (todo lo descrito y sugerido tiene raíz didáctica) y práctica (cuando se aplica) en un modelo de aprendizaje que incluye a todos, empezando por el profesor.

A fin de cuentas, como rezaba aquella frase en el Alma Mater donde se formó la chica del trópico que ha escrito estas cosas: la mejor forma de aprender es enseñar.

 

 

Gleyvis Coro-Montanet, coordinadora de Simulación del Departamento de Odontología en la Universidad Europea. Licenciada en Odontología, Doctora en Ciencias de la Educación por la Universidad Autónoma de Madrid. Instructora en Simulación Clínica por Institute for Medical Simulation y Hospital de Valdecilla, entre otros.